En el centro cultural MAMAÚ (Quibdó, Colombia) se concluyó la semana Santa con un Vigilia Pascual. Durante la misma hizo su renovación un Grupo de Seglares Claretianas, donde reafirmaron nuevamente su compromiso por la vida y la opción por los pobres. Felices Pascuas de Resurrección.
CENTRO CULTURAL “MAMAÚ”
“UN LUGAR PARA LA VIDA, LA CULTURA, LA RESISTENCIA Y LA ESPERANZA”
EL NOMBRE: El nombre de MAMAÚ para el Centro Cultural tuvo su origen en la bella canción popular que tiene por estribillo la frase “Ay, mamaú, ay mamáú”, una especie de lamento lleno de ternura, que no se sabe quién se lo dirige a quién, ya que cada una de las madres de las orillas de nuestros ríos es una “mamaú”, a quien se le saluda, o se le despide, o se le llama la atención, para pasarle algún recado, desde la profundidad del río… Por eso “mamaú” es un grito de amor y de confianza desde la profundidad de la selva…
Pero, el nombre Mamaú nos sigue diciendo cosas… A las voces Mamaú, se le atribuyen varios significados:
Cuenta una leyenda de los procesos de independencia de nuestra América Latina que, que hubo una Princesa Africana, llamada Matmahú, traída como esclava a América, que luchó por los negros del Perú y de toda la costa Pacífica, en contra de la esclavitud… Y desde este punto de vista, Mamaú sería el nombre de una Princesa Negra, convertido en grito de libertad.
Pero, hay algo más todavía: nos dicen los estudiosos de las religiones africanas que Mamaú es el nombre de una Divinidad globalizante, una especie de Yin y Yang al mismo tiempo, es decir, una divinidad de la luz y la oscuridad que une luz y tiniebla, día y noche al mismo tiempo. Y aquí el nombre Mamaú se convierte en invocación a una Divinidad protectora en todo tiempo y en todas circunstancias…
Por eso, el Centro Cultural Mamaú, incorporando el contenido de todos estos nombres, se constituye simplemente en un punto de convocatoria y acogida para todos los niños y jóvenes que, seducidos por la cultura y los valores de nuestra historia afro-chocoana, buscan de una manera voluntaria una alternativa de vida…
LA HISTORIA QUE MAMAÚ VIENE CONSTRUYENDO: El Centro Cultural Mamaú nace el 12 de marzo de 1998, fundado por Rafael Gómez Díaz, Misionero Claretiano, quien estuvo al frente del mismo hasta el año 2.006. Su primera sede estuvo en el Barrio La Esmeralda (1998-2004). A partir de esta fecha el Centro Cultural Mamaú estuvo ubicado en el Barrio La Yesquita, compartiendo espacios con el Centro Bíblico “Camino” y la Fundación Universitaria Claretiana (FUCLA). Su actual Directora es Justa Victoria Sánchez Caballero, misionera seglar claretiana.
Mamaú trata de recoger en sus objetivos parte de la herencia dejada por los Claretianos, a lo largo de 100 años. Mamaú le apuesta hoy, con decisión, al trabajo juvenil y artístico, en varios barrios marginados de la ciudad de Quibdó, desde donde sigue fortaleciendo procesos de humanización y de transformación de la realidad, vinculados de manera comprometida, desde el carisma claretiano, a la Diócesis de Quibdó y sus Opciones Pastorales.
Desde el año 2007, Mamaú trasladó nuevamente su sede de actividades a la Esmeralda, desde donde atiende las diversas actividades con los jóvenes que acceden al Centro. Sin embargo, tiene una oficina en las instalaciones de la FUCLA (barrio La Yesquita), donde atiende a la población en general.
Desde un principio hemos buscado llegar a la población más deprimida y vulnerable, con el propósito de transmitir esperanza, y valores éticos y culturales a una población que ha sido siempre marginada y excluida de los proyectos oficiales de desarrollo y humanización. Todo esto se constituye para Mamaú en un verdadero reto, ya que los llamados estratos sociales bajos, tienen razones suficientes para no seguir creyendo en sólo en promesas.
SITIOS Y PERSONAS A LAS QUE MAMAÚ VIENE SIRVIENDO
Mamaú, en su sede principal del Barrio La Esmeralda (calle 26 Nº 17-1, último puente del barrio), trata de dar acogida, de comunicar conocimientos artísticos, de abrir caminos de experiencia en el trabajo artesanal y de comunicar valores evangélicos a una población juvenil urgida de atención, de promoción y de respaldo en sus primeros sueños y experiencias de abrirse camino, pensando en un futuro más digno, más humano.
Aunque el contexto vivencial de nuestros jóvenes es el de la marginación, la discriminación, la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades, propio de la población juvenil urbana y periférica de Quibdó, nuestro empeño es el de abrir caminos, colocando en las manos de infantiles y juveniles instrumentos musicales, en su mente enseñanzas éticas y en su corazón el deseo de darle un cambio, más humano, a sus vidas.
La oferta que muchos de nuestros jóvenes reciben en este momento, de parte de nuestra sociedad, es la de su incorporación a alguno de los grupos armados, legales y al margen de la ley, al narcotráfico, la drogadicción, las bandas juveniles… Los jóvenes que no optan por la guerra, lo hacen con facilidad por los grupos callejeros o pandillas de barrio.
Por eso, nuestro deseo es tratar de ofrecer una alternativa cultural de vida, a las alternativas de violencia que ofrece nuestro contexto social, contribuyendo desde aquí con una formación integral, donde se conjugue lo cultural con lo artístico, la afirmación de valores con la conciencia crítica y los sueños con la realidad concreta de de tener en las manos algún disponible para humanizarse, sirviendo a la sociedad desde la propia cualificación.
LA MISIÓN QUE NOS PROPONEMOS CUMPLIR
Mamaú tiene el compromiso de fomentar y fortalecer las expresiones culturales del pueblo chocoano, creando espacios de formación integral, generando procesos y empoderamiento entre los diferentes grupos artísticos, apoyando iniciativas que lleven a los jóvenes a descubrir caminos de humanización, desde una organización en la que primen los valores de justicia, equidad y por consiguiente la paz.
Por eso, Mamaú se piensa como un punto de referencia y una alternativa de empoderamiento para los jóvenes, mediante procesos culturales, que generen cambios comunitarios, siempre enriqueciendo las diversas actividades culturales que el pueblo chocoano sano adelanta, como intentos de creatividad y de propia superación, sin resentimientos ni amarguras.
NUESTROS SUEÑOS CERCANOS Y LEJANOS
Queremos ofrecer a la población infantil y juvenil chocoana un espacio de formación, que recoja lo mejor de la tradición cultural chocoana, integre nuevos valores éticos y culturales, diferentes formas de acercarse al arte, a fin de que estos procesos humanicen a los niños y jóvenes, abriéndoles posibilidades de desarrollo, de paz y de resistencia, frente al contexto de violencia que los seduce y trata de atraparlos.
Nuestra tarea concreta con los integrantes de Mamaú quiere ser:
Trabajar con los jóvenes el área de formación permanente, a través de semilleros que permitan crear en ellos hábitos de lectura e investigación de su propia cultura.
Fortalecer las diferentes escuelas artísticas de Mamaú: la de Danza, la de Música, la de Teatro, la de Pintura, la de Artesanías y la de Artes literarias.
Fomentar en los jóvenes la necesidad de la organización, a fin de que se inserten en procesos sociales organizativos de la región.
Fomentar el conocimiento, la valoración y la defensa de los derechos humanos, tanto de las personas como de los pueblos.
Formar a los jóvenes en el campo de la economía solidaria, a fin de que lleguen a ser capaces de crear y liderar fuentes alternativas de trabajo.
Hacer esfuerzos por Integrar a los diferentes grupos tradicionales artísticos de la ciudad, para realizar procesos culturales de conjunto y estudiar la dinámica cultural que nos cobija a todos.
EL CREDO SOCIO-CULTURAL DE MAMAÚ
Creemos en el valor de la cultura afrodescendiente, Indígena y Mestiza, las cuales se revelan como fruto de la historia de un pueblo, que supo reconstruir sus esquemas simbólicos, convirtiendo un pasado de esclavitud y realidad de libertad, y el despojo de su propia tierra en creación de nuevo territorio, que aún no pierde su vocación a la esperanza y a un futuro más humano.
Creemos también en la cultura no sólo como fuente de identidad, sino también de inspiración para los diversos proyectos de etnodesarrollo, y de resistencia frente a las diversas circunstancias en que la vida del pueblo Afrochocoano, Indígena y Mestizo está siendo amenazado.
Creemos en las diversas facetas que configuran el inmenso bagaje de la cultura afrochocoana, Indígena y Mestiza:
En la música chocoana, con sus variados ritmos y sus instrumentos de percusión, de viento y de cuerdas…
En la voz chocoana y en su canto…
En sus danzas autóctonas y en su creación contemporánea…
En la fuerza y el mensaje de su Teatro…
En su oralidad (sus bellos cuentos y poesías)…
En sus expresiones manuales artísticas propias de las culturas con asiento en el Pacífico: en su pintura y sus artesanías de madera y en el empleo de los recursos renovables…
Creemos que es posible emprender procesos de formación tanto de espiritualidad ecológica, como de ética y espiritualidad evangélica, que despierten en todo el pueblo conciencia del valor de la riqueza ambiental que debe proteger para las generaciones futuras…
Creemos que es posible crear procesos de conciencia crítica frente al modelo de sociedad neoliberal que acapara y destruye los bienes que pertenecen a todo el pueblo…
Creemos en la solidaridad que nos une a otros pueblos y culturas con quienes debemos crear redes de fraternidad, de intercambio y de apoyo…
Creemos que el Chocó puede tener nuevos líderes y lideresas con capacidad de crear modos honestos de ganarse la vida, nuevos modos limpios de hacer política, de construir proyectos que la apuesten al etnodesarrollo y a los Planes de Vida de nuestros etnias originales, de crear solidaridad, fraternidad e igualdad en una sociedad destinada a ser cada día más humana…
Creemos que Mamaú puede ser un centro de convergencia del pluralismo cultural chocoano…
Creemos que es posible enriquecer nuestros esquemas mentales y simbólicos, que vale la pena seguir teniendo más fe en nuestra propia gente chocoana y que debemos continuar soñando que es posible un nuevo Chocó, más próspero, más humano…
Creemos que el Centro Cultural Mamaú seguirá siendo para todos los que se acerquen a él. “un lugar para la vida, la cultura, la resistencia y la esperanza”…