Fue en Caná de Galilea, en el mismo lugar donde Jesús, a pesar de que aún no había llegado su hora, empezó a derramar la gracia de Dios y a manifestar su misericordia, gracias a la mediación de María, su madre.
Hasta allá se fueron en Octubre dos Seglares Claretianos de Bética, Cristina (de Buensuceso -Granada) y Luis (de Miriam -Badajoz), para consagrar su amor y convertirlo en sacramento vivo del Amor de Dios.
Con la celebración de su matrimonio, Cristina y Luis culminaban una semana de peregrinación a los Santos Lugares: un auténtico recorrido de discernimiento y crecimiento espiritual, y una parábola de lo que ha sido su relación y caminar como pareja.
Ya de vuelta a España, han recorrido diferentes localidades significativas en su historia para compartir su alegría y celebrar con sus comunidades, familiares y amigos una eucaristía de acción de gracias por el nuevo camino que emprenden juntos, que ellos desean transformar en una vida de entrega mutua y de servicio a los demás.
Enhorabuena, Cristina y Luis. ¡Y que no nos falte el vino de vuestra alegría!
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