En el mes de Octubre, misionero y claretiano, comenzamos una publicación periódica mensual. El Testomonio de diferentes Seglares Claretianos sobre como la Palabra de Dios ha interpelado sus vidas. Compartiendo fe, compartiendo Vida.
Jesús le contestó: El que me ama hace caso a mi palabra; y mi Padre le amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él. El que no me ama no hace caso a mis palabras. Las palabras que estáis escuchando no son mías, sino del Padre, que me ha enviado. “Os he dicho todo esto mientras permanezco con vosotros; pero el Espíritu Santo, el defensor que el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho. Jn 14,23-26
En mi vida siempre gocé de una formación religiosa, que se transformó en encuentro con Dios cuando me encontré con su Palabra. Esta Palabra no me hablaba de normas o preceptos que no llegaba a comprender, me hablaba de amor, algo tan fácil pero a la vez tan difícil que…. Hacer caso a su Palabra en un mundo donde lo que prima es el poder, el tener, disfrutar… Estuve tiempo más o menos tranquilo viviendo la fe a mi manera, yo amo al Señor, celebro la Eucaristía… pero no era feliz, ¿y cómo no ser feliz si Dios me ama?
Con el tiempo me he dado cuenta, El que me ama hace caso a mi palabra; y mi Padre le amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él (Jn 14.23), yo leía su Palabra pero hacia caso a la mía. Con el tiempo llegó el momento en el grupo en el que estaba de hacer la revisión de vida, y me di cuenta que tuve encuentro con la Palabra, pero yo no la amaba, solo la conocía. Entonces comencé a replantearme mi vida. Desde la oración, no escucharme a mi sino escuchar la Palabra ¿Qué quiere Dios de mí?, y es en este momento cuando me doy cuenta que Dios siempre estaba a mi lado, esperándome a que yo me abriera a su amor y me dejara guiar por su Espíritu Santo, que como María me dejase transformar por El.
Desde entonces como humano caigo, pero me levanto sabiendo que El esta conmigo y me ama, que no solo quiere que sea bueno, sino santo. Que con la fuerza del Espíritu Santo camine según su Palabra dándolo a conocer a los demás. Esta es hoy mi terea.
Jose Portaz sc. (Pentecostés, Bética)
“Nuestra vida espiritual se alimenta, se expresa y desarrolla con
la Palabra de Dios” (Id 36) “La Palabra de Dios es la fuente primaria de
nuestra espiritualidad. Nos descubre el plan de salvación de Dios y nos
fortalece y anima en la construcción del Reino. Aceptada con docilidad,
nos exige un constante cambio de vida para cumplir la voluntad del
Padre y seguir a Jesucristo. (Id SSCC 37)”
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