domingo, 17 de julio de 2011

Primer día de Asamblea.

17 de Julio. Amanecemos en Aparecida. Ya estamos todos juntos. A última hora de la noche llegaron Caribe y Perú.
En la mañana, tras desayunar, nos dirigimos a la Basílica de la Nuestra Señora de Aparecida, para la Eucaristía inaugural. Durante la misma, Tino como Secretario General, nos hace reflexionar sobre la Asamblea a la luz de la Palabra escuchada. Los Seglares Claretianos somos semillas que no podemos dejarnos ahogar por la cizaña del mundo en el que vivimos y estamos insertos. Y, a la vez que semilla, somos sembradores, evangelizadores. Estamos llamados a anunciar el Reino y transformar el mundo. Como movimiento carismático tenemos un color específico dentro de la Iglesia. Somos rojo fuego. El rojo del amor, del corazón ardiente de María. En él nos forjamos como flechas para ser lanzados al mundo. En esta Asamblea hemos de saber acoger la voluntad de Dios para conocer la dirección en la que hemos de ser enviados. No importa que seamos pocos, que tengamos problemas y deficiencias. Un poco de levadura hace fermentar toda la masa, porque la fuerza del Espíritu y el Amor de Dios está en nosotros.
Durante la Eucaristía tenemos un recuerdo especial para las comunidades y grupos que no han podido asistir, pero que llevamos en el corazón.
Al regreso a la casa, tenemos la primera reunión de carácter organizativo y constituyente. Se reparte el material, se comprueban los derechos de voto, se aprueba el reglamento de funcionamiento y se crean los cargos y comisiones internos de la Asamblea. Y de ahí, nos vamos a comer.

1 comentario:

  1. Queridos hermanos de seglares claretianos.
    Desde Bilbao (norte de España) quiero saludaros a todos. En las dos asambleas anteriores tuve la suerte de participar de las mismas y vivir ratos entrañables y momentos de trabajo intenso.
    Deseo que, como dice el lema, podáis trabajar para hacer posible que el futuro que le espera al movimiento sea apasionante. Oraré porque así sea.
    Seguiré con atención la asamblea para sentirme cerca vuestro.
    Un abrazo.
    Bernardeta Arbaiza

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